Mi hijo/a me falta el respeto. ¿Cómo mejorar la relación entre padres e hijos?

Me habéis preguntado en muchas ocasiones qué se puedo hacer cuando tu hijo/a ya no te obedece, incluso te está faltando el respeto y la convivencia en el hogar se ha convertido en un “infierno”, en una verdadera “batalla campal”

Ya colgué un vídeo y un artículo en el que indicaba qué conductas eran necesarias seguir ante el primer insulto o falta de respeto que recibimos por parte de nuestros hijos. Por supuesto es necesario cortarlo de raíz e indagar el por qué se ha dado este comportamiento.

Es muy importante como reaccionamos ante este acontecimiento, intentando no desbordarnos y tratarlo desde un lugar de calma. No ayuda nada elevar el tono y comenzar una discusión. Recuerda que los padres somos el ejemplo a seguir de nuestros hijos.

Este comportamiento es la punta del iceberg, es el síntoma, y creo que es imprescindible el poder mirar por qué puede estar sucediendo este mal comportamiento.

Para que haya una relación sana entre padres e hijos es importante que seamos conscientes que “los hijos, son el espejo del alma de los padres”. Esto quizá para ti sea difícil de ver o quizá pienses que el comportamiento de tu hijo/a no tiene que ver contigo o con el otro progenitor, sino con las influencias exteriores de tu hijo/a como los amigos, la sociedad o la escuela.

Pero en realidad, los hijos, por amor ciego a sus padres y al sistema familiar, se ocupan de las dinámicas inconscientes de sus progenitores. Tienen la capacidad de percibir aquello que no está resuelto en sus padres y muchas veces se hacen cargo de ello para que finalmente pueda ser visto.

Las dificultades que muestran tus hijos generalmente son el síntoma de algo no resuelto en sus padres: por ejemplo pueden pensar “mamá/papá yo expreso tu rabia o tu dolor por ti” y el síntoma que muestra es agresividad.

«Conviene  tener  presente,  en  primer  lugar,  que  los  hijos  no  atienden tanto  a  lo  que  los  padres  dicen,  sino  a  lo  que  los  padres  sienten  y hacen:  los  hijos  se  hacen  sensibles  a  su  verdad.  Entre  otras  cosas, porque  la  verdad  de  nuestros  sentimientos  puede  ser  negada  o camuflada,  pero  no  puede  ser  eliminada,  y,  por  tanto,  actúa  y  se manifiesta en nuestro cuerpo. Nos constituye”.  Joan Garriga

Los hijos necesitan que nos coloquemos como los grandes ante ellos, les es  muy  difícil cuando  nos  colocamos  como  iguales.  Si  esto  no  se  da genera mucho malestar. Necesitan pilares donde sostenerse.

Si  yo  no  estoy  en  un  lugar  de  adulta,  mi  hijo  no  me  tendrá  como  madre, me tendrá como hermana o como amiga. Por lo tanto puede comportarse conmigo como un igual, incluso se sentirá más grande que yo.

La  crianza  consciente  y  respetuosa,  es  totalmente  necesaria,  pero  está llevando  a muchas  familias  a  confundir  el  lugar  de  los  padres,  y  el  lugar de  los  hijos.  Por  ejemplo,  es  importante  que  puedan  decidir  y  que puedan  tener  criterio  propio,  pero  hay  aspectos  que  solo  podemos decidir  los  padres,  como  adultos.

A los hijos no les va bien sentir que ellos son los más importantes. Ellos no  necesitan  ser  los  más  importantes;  al  contrario,  necesitan  sentir  que la  pareja  del  padre  o  la  madre  es  más  importante,  y  que  los  padres están  juntos  como  pareja  dándose  una  recíproca  primacía  frente  a  los hijos.  Cuando  un  hijo  es  más  importante  que  nadie  para  uno  de  los padres, no se le hace un regalo. Los hijos no necesitan sentirse especiales ni tienen que ser el todo para los padres. Eso es demasiado.

En Terapia Sistémica se trabajan “Los órdenes del amor” de Bert Hellinger. En el que explica como todos los sistemas, y por lo tanto también el sistema familiar tienen un orden que hay que respetar para su correcto funcionamiento. Desde este orden, cada quien tiene su lugar y cuando dicho orden no se respeta surge el caos y la necesidad de los miembros del sistema de restablecer nuevamente ese equilibrio.

Junto con las “Constelaciones” podemos ver si hay un desequilibrio, si el orden se ha roto o está sucediendo algún otro motivo como es la necesidad de incluir a algún miembro excluido por el sistema, o la necesidad de compensar asuntos no resueltos.

Si quieres descubrir lo que está afectando en tu relación con tu hijo/a, ponte en contacto conmigo para poder mirar, incluir y sanar la relación

También puedes rellenar el siguiente formulario contándome por la situación que estás pasando en este momento con tu hijo/a y me pondré en contacto contigo.